martes, 16 de enero de 2018

Victor Grasso


Los retratos de Victor Grasso (Nueva Jersey, 1977) no son menos turbadores que sus escenas. Hiperrealismo al servicio de una mente dominada por la necesidad de explorar las profundidades marinas y la figura femenina.
Vistosos tocados de escurridizos peces. Retorcidos tentáculos que conforman el más gelatinoso de los complementos. Descomunales mandíbulas rodeadas de éxtasis religioso. Moluscos que rodean el cuello a modo de sabroso collar. Corpiños que se enroscan al cuerpo como anguilas protectoras.  Viendo tales indumentarias resulta, cuando menos extraño, que la sensualidad de sus protagonistas no se vea alterada un ápice.
Con una paleta de colores reforzada en ocres, blancos y negros y sus pinceladas certeras compone lienzos en los que podríamos bucear. Porque eso parece que hacemos en ese universo. Grasso nos lleva por lugares de fantasía, oscuridad y cierta alarma que, sin embargo, no podemos evitar disfrutar.
Y es que, queramos o no, el autor despierta en nosotros la duda de si realmente, son o no posibles tales personajes. Eso y la idea de que estamos sumergidos en el mundo creado por Julio Verne.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.





































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