El artista alemán
(1863-1928), pintor, escultor, grabador y arquitecto, fue un precoz simbolista
y era tan admirado en su tiempo que le llamaban 'El Príncipe'. Atraído por la
sensualidad y el erotismo sin tapujos, representó la carnalidad con una fiereza
de raíz mitológica y dió clases de pintura a Klee y Kandinsky. Estigmatizado
por la crítica menos perspicaz porque Adolf Hitler consideraba que exaltaba la
masculinidad germánica, Von Stuck nunca comulgó con el nazismo.
Franz von Stuck fue víctima
de la pacatería de la corrección y de la sinrazón de las modas, practicó,
siempre con resultados notables, la arquitectura, el diseño de interiores, el
grabado, la escultura y la talla de madera, pero cayó en un pozo de olvido de
cuarenta años porque la crítica menos perspicaz consideró inaceptable que sus
obras gustaran a Adolf Hitler, a quien, por cierto, nunca conoció Von Stuck y
de cuya ideología se mantuvo apartado. Una segunda razón del estigma irracional
sobre este artista de primer nivel tiene que ver con los vaivenes de los
gustos. Durante las décadas posteriores a su muerte, tiempos de escombros,
reconstrucción y terror nuclear, el exquisito art nouveau o simbolismo donde
alguna vez colocaron los catalogadores a Von Stuck ya no tenía sentido. En los
años sesenta, con la recuperación de la sensualidad, el renacer de la
sensibilidad mística, erótica y onírica y la consolidación de las mujeres como
figuras subversivas, todas las miradas regresaron al primer pintor de heroínas
femme fatale, devoradoras y libres.
Fuentes:
Nota: La propiedad
intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores
y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar
el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas
disfruten contemplando sus obras.
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