Luis Palao Berastain
(Arequipa, Perú, 1943), mostró desde muy joven una sensibilidad especial para
las artes. Estudió en el colegio Nacional de la Independencia Americana. Su
inquietud lo llevó a Argentina donde estudió cuatro años de arquitectura, allí
tuvo contacto con renombrados artistas de ese país, realizando varias muestras
donde alcanzó el reconocimiento de la crítica. Después de unos años volvió para
vivir en el distrito de Chinchero, provincia de Urubamba, en la región de
Cuzco, donde se mimetizó con el paisaje y la gente del Perú profundo. Viajó
incansablemente por los andes recreando la vida y el entorno de la gente
humilde del campo con un estilo realista inspirado en los hermanos Teodoro y
Alejandro Núñez Ureta, y con ciertas reminiscencias del realismo americano de
Andrew Wyeth. El trabajo del maestro Luis Palao cuenta con un dominio del
dibujo pleno y un estilo muy peculiar para equilibrar y ejecutar las sombras,
siendo su claro oscuro fuerte y de pinceladas espontáneas y seguras. Su mérito
es haber creado un realismo muy personal pero completo en lo académico
contemporáneo y el haber usado un estilo innegablemente universal para recrear
la vida de la gente de su tierra, siguiendo de esta forma y dándole nuevos
bríos al arte de Jorge Vinatea Reynoso y Teodoro Nuñez Ureta, por lo que ha
sido merecedor de varias distinciones y premios nacionales e internacionales
por su valor plástico y humanista en el contenido. Esas distinciones van desde
el "Premio nacional de pintura" hasta el reconocimiento del estado
peruano por su trayectoria y legado a la historia del arte peruano. Palao es un
eterno buscador de nuevas formas de expresión, nunca se repite. Su amor por la
gente humilde, en especial por el autóctono puro, lo lleva a ser parte de la
lucha de su pueblo en el sueño utópico del retorno natural a la tierra:
"Yo no estoy geográficamente en un lugar, yo soy un vagabundo. Estoy con
los hombres que no tienen tierra y esa es mi libertad. Estoy donde están los
mendigos, los enfermos mentales, con los que huyeron de su casa, con aquellos
que no aceptaron a la sociedad aunque sea por un día. Me interesan los
desamparados, no quienes están en sus casas con su televisor y su cuenta
bancaria. No hay nada que admirar ahí, desde mi punto de vista, desde el
camino". Vivía hasta hace unos años en el "Valle Sagrado de los
Incas" en Calca, Cusco, continuando su labor de artista y hombre solidario
con la realidad de su pueblo pero se tuvo que trasladar a su natal Arequipa por
problemas de salud y para encontrarse más cerca de sus hermanos.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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